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PPK: “El auge del cobre no nos va a servir de nada si no lo traducimos en cosas concretas”
“Las proyecciones pueden ser optimistas, pero no hay duda que hemos entrado a una nueva era, no solo del cobre. Brillan también el oro y la plata”, afirma el expresidente Kuczynski.
Escribe: Pedro Pablo Kuczynski, expresidente de la República
Corro el riesgo de hablar sobre el mismo tema que el de mi anterior columna. Pero desde aquella fecha el mundo minero del cobre se ha estremecido con el alza de los precios a niveles extraordinarios. Al mismo tiempo, ocurrió la oferta no solicitada de BHP para adquirir la totalidad de Anglo-American, salvo sus activos en su país natal, Sudáfrica. La oferta ha sido rechazada, por su bajo precio, pero recién empieza la novela entre los diversos gigantes mineros del cobre.
Habrá más intrigas y movimientos en el mercado internacional del cobre, que algunos analistas proyectan llegará a 50 millones de toneladas en el 2035, apenas en una década. Hoy el mercado es menos de 25 millones de toneladas. Estas proyecciones han provocado un frenesí de actividad: los mineros están mirando proyectos exóticos en lugares como Pakistán e incluso Afganistán y están viendo como resucitar Panamá Copper, la gran minera cerrada por el Gobierno de Panamá hace pocos meses. Incluso el Gobierno norteamericano, a través de su programa de garantías llamado Garantía Punto Azul, está analizando proyectos en África.
Las proyecciones pueden ser optimistas, pero no hay duda que hemos entrado a una nueva era, no solo del cobre, nuestra principal exportación, pues brillan también el oro y la plata. El auge del cobre, cuyo precio internacional ha bordeado los US$5 por libra en los últimos días, un verdadero récord, nos dice que muchas cosas van a pasar y que el Perú puede tener grandes oportunidades si sabemos aprovecharlas. También el precio del oro va a seguir fuerte mientras continúe la gran incertidumbre internacional a raíz de la invasión de Ucrania por Rusia. La plata, que perdió su mercado industrial con la caída de la fotografía, ya se está recuperando fuertemente con el auge de los paneles solares. O sea, el panorama para los principales metales que vende el Perú es muy positivo y nos permitirá dar un golpe de timón para arreglar el déficit fiscal y financiar las obras públicas que están tan atrasadas. Obviamente debemos tener un plan para atacar la informalidad y la ilegalidad en la minería informal del oro (lo veremos en una próxima columna).
Debemos pensar en un plan para ir aprovechando la coyuntura, sin esperar las elecciones del 2026, que son impredecibles. Pero la perspectiva podría mejorar muchísimo si aprovechamos el auge de los metales, así como lo hizo Pedro Beltrán en los finales del segundo Gobierno de Manuel Prado, cuando aprovechó la bonanza de Toquepala para arreglar las finanzas públicas y las perspectivas económicas del país.
Los elementos básicos de un plan serían primero y antes que todo crear un entendimiento político que permita nombrar un gabinete de primera línea, dedicado a evitar que caigamos en el precipicio que nos espera si no hacemos nada.
Segundo, tenemos que dejar que el sector privado pueda poner en marcha los proyectos mineros y aledaños (como la expansión de la fundición de cobre en Ilo) que ya están listos para iniciarse, pero no han recibido los permisos y el apoyo político necesario. Son dos o tres, pero el mero hecho de empezar con uno despejaría mucho el horizonte económico.
Tercero, es fundamental reactivar la inversión pública. La lista es larga, pero se puede empezar por cosas básicas como el mantenimiento de carreteras hoy descuidadas, la puesta en marcha de proyectos de agua potable que se han venido estudiando durante años y otras cosas simples como la reconstrucción de estructuras y aulas en colegios que hoy amenazan la seguridad de los alumnos. La financiación está ahí. Debemos saber cómo aprovechar el auge que vamos a tener en el cobre y algunos otros metales. Pero ese auge no nos va a servir de nada si no lo traducimos en cosas concretas que la gente pueda ver y tocar. Ese es el gran reto de esta hora.
Fuente: Gestión